miércoles, 13 de octubre de 2010

Elenita y los canadienses


Elenita ya casi tiene internet en casa. Mientras tanto, ha encontrado una biblioteca en la que no ha tenido problema para inscribirse y desde allí puede contarnos sus aventuras.

Elenita ha entrado en contacto con los canadienses. No son alienígenas pero casi. Sonríen, son educadísimos... tanto, que al principio Elenita pensó que su nueva vida estaba siendo grabada con cámara oculta, como en el Show de Truman. ¿Por qué son tan amables? Todos me saludan, sonríen de oreja a oreja y me tratan como una reina, pensó Elenita en un principio. Los camareros en los restaurantes, las cajeras en las tiendas, la gente por la calle... todos saludan, dan los buenos días, te desean lo mejor y siguen como si nada. Muy raro todo.

El otro día se cruzó con alguien que iba en bicicleta. Ella se paró para dejarlo pasar y él, sorprendentemente, se detuvo y le pidió a ella que pasara y le agradeció el haberle cedido el paso. ¿Qué les pasa a estos canadienses? Hasta los coches se empiezan parar antes cuando ven que vas a cruzar un paso de peatones (en lugar de acelerar, como se hace en España). No, definitivamente estos canadienses no son normales... ¿o seremos los españoles los raros?

No hay comentarios:

Publicar un comentario