viernes, 4 de febrero de 2011

Elenita y Paul


El otro día hablamos de Paul, el canadiense septuagenario voluntario con el que nuestra amiga emigrante pasará a partir de ahora algunas tardes hablando en inglés. Ayer volvieron a quedar para hablar y afinar el inglés de Elenita y gracias a esa charla Paul nos resolvió una duda: por qué se hizo ovolactovegetariano y qué tuvo que ver su cambio de dieta con España. El misterio por fin está resuelto y en esta entrada lo desvelaremos, pero un poco más abajo, que así le damos emoción al asunto.

Elenita y Paul tienen buen feeling. Se ve que él también habla por los codos, y como ella no es de las modositas silenciosas, pues se pasan la hora de parloteo intensivo. Seguro que Elenita acaba aprendiendo inglés por un tubo, aunque acabe cogiendo el acento y el vocabulario de un canadiense jubilado (ya imagino a Elenita volviendo a España con su título de Titulada en Inglés Canadiense del siglo XIX).

Paul es compositor de música y es muy muy muy conocido en London, Ontario, Canadá. De hecho, cada viernes interpretan obras suyas en el centro de música de la ciudad.
Cuando era joven, Paul perteneció a una de esas religiones que te obligan a ir de un lado a otro vendiendo la moto, como los mormones, y claro, eso le quitaba mucho tiempo. Hay religiones verdaderamente poco prácticas, la verdad. Por eso, desde hace un año, Paul es budista.

Este nuevo amigo de Elenita le será de mucha ayuda a nuestra amiga. Es alguien del que puede aprender mucho, y no sólo inglés, ya que ¡vivir en Canadá no es lo mismo si no tienes un amiguito canadiense!

¿Y lo de hacerse vegetariano?, diréis... A eso voooooy. La historia es curiosa. Tiene que ver con un matadero (también llamado "fábrica de vegetarianos") y con las Cataratas del Niágara. ¿Y con España? También. Lo primero que le impulsó a dejar de comer carne fue ver un matadero por dentro. Eso es algo normal. Tras ver lo que se hace allí con los animales es normal que se te quiten las ganas de comer carnaza. (Bueno, menos a mí, que seguro que me da hambre.) Entonces Paul fue a las Cataratas y allí al Museo de Cera (tienen una réplica exacta a tamaño natural de las Cataratas hechas de cera... increíble!), y el sótano, adivinad, estaba dedicado a las torturas de la Inquisición Española, con detalles truculentos y gores. Tras la visita se fue con su señora a comer, pidieron pollo... y aquello no quiso entrar. Y así fue como Paul se convirtió en vegetariano y gracias a él los demás tocamos a más carne (¡aplausos para Paul!).

Y por hoy dejamos a Elenita y a su nuevo amiguito. Pronto volveremos con más aventuras de nuestra valdepeñera viajera.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Elenita y la vida social en Canadá


15 días o más sin saber de Elenita. ¿Es normal esto? No, no lo es, pero es que nuestra amiga se está integrando en la vida canadiense. Ahora tiene amigas allí. ¿Canadienses? No no, colombianas, rumanas, amiguitas del curso de inglés. Y eso es buena señal. Si ya cuesta cambiar de país, irse a un lugar donde ahora pueden estar a -20 grados de temperatura y tener que aprender un idioma, no tener amigos a mano tiene que ser complicado.

¡Por fin Elenita tiene vida social en Canadá! (Aunque no sea con canadienses, precisamente.)

Es por esto, y por pereza, que Elenita no nos ha puesto al día de sus últimas aventuras, pero ha prometido contarnos cosas estos días. Precisamente este jueves empieza una nueva aventura con el inglés. Visto que ya no aprende mucho en el curso y le cuesta un pastizal, Elenita se ha pasado al aprendizaje callejero. A través de una amiga ha contactado con Paul, un jubilado canadiense, budista y ovolactovegetariano (¡como Elenita! -sólo esto último, eh) que hablará de vez en cuando para ir afinando el inglés de nuestra amiga. Sobre Paul contaremos cosas pronto, porque este hombre tiene historias muy interesantes a sus espaldas, como su conversión religiosa o por qué se hizo vegetariano (por lo visto tiene que ver con... España).

En fin, pronto daremos más detalles sobre Elenita y Paul.

Una noticia regulera, antes de despedirnos. ¿Recordáis la aventuras y desventuras de Elenita y su conexión a internet? Por fin había conseguido una en condiciones que le permitía bajarse cositas de la red sin pagar por descarga (bueno, tiene un límite de 200 gigas, que no está mal). ¡Pues bien, allí van a sacar una ley para cargarse la tarifa plana de adsl!

Pobre Elenita, juer, si es que todo lo internáutico le sale fatal. :(

jueves, 13 de enero de 2011

Elenita en Montreal



Elenita y Pablo cogieron un coche (no lo robaron, lo alquilaron) y se hicieron las ocho horitas que separan London de Montreal para vivir allí el cambio de año. La ciudad los recibió llena de lucecitas navieñas. Como suele pasar, no todo fue diversión para nuestros amigos. En el hotel en el que pasaron esos días se reunió una pandilla de adolescentes juerguistas que no pararon de desfasar, hacer ruido y demás juergas varias. El molesto ruido nocturno lo pudieron compensar conociendo la famosa ciudad canadiense de día.


¿Bonitas fotos, verdad?

miércoles, 12 de enero de 2011

Año nuevo, mismo frío


Ha pasado el año y Elenita llega con buenas noticias. Después de pasar Nochevieja en Montreal (esperamos foticos) ha vuelto a recuperar algo vital para ella y para este blog: vuelve a tener internet. Gracias a eso tenemos una imagen de su casita. La casita de Elenita. Y la nieve, que no quiere irse de Canadá sin antes hundir el país bajo su blanco y resplandeciente peso, incluida la casita de Elenita.