sábado, 16 de octubre de 2010

Elenita y la comida canadiense


Elenita tiene buen comer. Eso sí, pertenece a un reducido grupo de vegetarianos muy raros de ver: es ovolactomejilloberberéchicovegetariana. Quizá en Canadá encuentre a otros como ella, aunque está difícil la cosa.

Al empezar a vivir en su nuevo país, Elenita ha visto cosas que no le gustan nada nada nada. Lo primero, es que las tiendas están lejos de su casa, y no tiene coche. Si quiere hacer compra tienen que andar media hora y repetir el camino a la vuelta cargada de bolsas. Vale, tampoco es tan grave. Por ahora, porque cuando llegue el invierno y la calle esté cubierta por un metro de nieve, ir a por víveres será una misión casi imposible.
En Canadá no hay leche uperisada, o sea que, cuando compras leche, sólo puedes comprar dos o tres bricks, porque se caduca pronto. Sumado esto a que el agua del grifo no se bebe y hay que comprar botellas, Elenita muy pronto tendrá unos brazos como los de Hulka, de tanto ir a la compra.
En cuanto al queso... transcribo fielmente las palabras de Elenita: "El queso es una mierda! Venden todo como en tacos alargados, con forma de ladrillo aplastado, solo tienen mozarella y gouda, plasticosos y cuestan una pasta!!!; no hay queso rallado, no hay nada!!!!, el otro día conseguimos encontrar un trozo de parmesano para rallar en casa, un trozo pequeñoo que nos costó 12 dólares y no sabe a nada, eso no es parmesano, por dios!!!"

Y la pasta, según la definición elenística, "parecen mocos gigantes", los macarrones "pierden la forma al cocerlos"... Un infierno, sobre todo para alguien que, como Elenita, se alimenta básicamente de pasta y queso.

Allí, dice Elenita, todo sabe diferente, hasta las marcas conocidas. Suponemos que el choque cultural y gastronómico será cosa de unas pocas semanas y que pronto la veremos disfrutando de la rica y variada cocina canadiense (?)

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